No hay duda que en la actualidad, existen cada vez más maquinas que cuentan con inteligencia artificial, que pueden fácilmente superar a la mente humana. Y más que evaluar sus ventajas, ya se empieza a debatir sobre su impacto negativo en la humanidad. El tema ético aparece cuando ya se busca sustituir las habilidades de un ser humano, por las de una máquina.
La inteligencia artificial es definida por los expertos en tecnología, como la capacidad computacional que tienen las máquinas para simular la propia inteligencia humana. Hay quienes relacionan este concepto informático, con la creación de robots con características parecidas a las del hombre, pero no es así. La inteligencia artificial consiste en operaciones matemáticas y algoritmos en el sistema de una máquina.
Este no es un concepto innovador, porque ya se venía trabajando desde la década de los 50. La idea era que este tipo de inteligencia sirviera para propósitos concretos, y no para la vida en general. Además de cumplir funciones de manera mucho más rápida y eficiente, en comparación a las capacidades humanas.
Pero al parecer las grandes compañías tecnológicas aún no tienen claro el verdadero potencial de este concepto. No por nada recientemente, técnicos de la plataforma social Facebook desconectaron dos máquinas que habían creado un pseudo lenguaje para comunicarse entre ellas. Al parecer se desconocen los límites de la inteligencia artificial, y lo que podría significar para la humanidad.
Pero que una maquina pueda contar parcialmente con la capacidad de un cerebro humano, puede significar cosas positivas. Podrían ayudarnos a combatir el cambio climático, a encontrar la cura para enfermedades como el cáncer, o erradicar el hambre. En fin, luchar en contra de los grandes problemas del siglo XXI.
El elemento cognitivo en ellas puede servir para beneficio del hombre en distintos sectores. Pero no se pueden dejar de lado las potenciales consecuencias negativas. En la actualidad, la inteligencia artificial es empleada en investigaciones científicas para dar respuesta a incógnitas como la creación del universo, o como poner al hombre más allá de las fronteras del sistema solar.
Ya todos nos beneficiamos incluso al emplear un computador para resolver operaciones matemáticas que por sí solos, no podríamos resolver. En fin, habrá que esperar para conocer aún más de su aplicación práctica, y como puede servir en pro de la humanidad. Y no en contra de ella.